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lunes, 15 de septiembre de 2014

WARLOCK

Este es uno de los encargos en los que he estado trabajando últimamente. Es un Señor del Mal, ambientado en la fantasía oscura. Las fotos no son muy buenas, pero es lo que tienen los encargos, que uno saca las fotos cuando se van a llevar el traje (en este caso, por la tarde y encima estaba nublado). Sumado eso a mi cutrecámara (va con pilas, así que imaginad), pues no se ve muy allá. No obstante, actualizaré esta entrada conforme me pasen mejores fotos, que para algo el dueño es colega.

Y ya hablemos del traje, partiendo de estas premisas: señor del mal, negro, bajo presupuesto. La persona que me encargó el traje es un amigo, y yo sabía que tenía de otras veces unas hombreras de cuero bastante resultonas, así que diseñé el traje de modo que pudiera incorporarlas.

Entre la túnica y la capa van 11 metros de tela, 3 y medio para la túnica y el resto los destiné a la capa. Son 2 telas diferentes, pero ambas muy ligeras para que los pliegues tuvieran una buena caída, como podéis comprobar.

La capa va perfectamente rematada mediante un repulgo, que, para los que no sepan qué es, es el tipo de costura con el que se rematan las cosas que no llevan dobladillo, como los pañuelos. Esto se consigue con una remalladora y que, además de rematar con hilo la tela, tiene una cuchilla que va cortando la tela sobrante. Algún día os hablaré de los "cacharros" que tengo en el taller, pero sabed que gracias a la remalladora pude hacer toda la capa en menos de la mitad de tiempo. De no tenerla ni me hubiera atrevido, pues la tarea sería titánica.

Tanto el bajo de la túnica como el cuello de la capa están pintados a mano con pintura para tela de color oro. Además, como podéis ver en el detalle de la última foto, el cuello lleva pegadas unas gemitas de color negro.

La capa, cómo no, está pintada con spray de imprimación para resaltar los pliegues y darle ese aspecto de polvo y suciedad que este tipo de trajes piden a gritos. Esta vez he probado con otra marca y el resultado me ha gustado más que con la habitual (Citadel). Si alguno de vosotros quiere intentarlo en casa, es bastante fácil, pero, un consejo: ¡Jamás uséis pintura en spray de los chinos para ahorrar dinero! Luego no digáis que no os he avisado.

Ahora vamos con los guantes. Es una gilipollez improvisada, pero la verdad es que quedó muy bien. Tenía yo por casa un retal de tela plisada que me había sobrado de un trabajo que tuve que hacer en clase (y que ya enseñaré en alguna entrada posterior), y vi que si lo ponía alrededor de las muñecas como si fuera un brazal quedaba muy bien, así que lo cerré, remallé los bordes para que no deshilachara y le puse una correa de polipiel a la altura de la muñeca para que quedase sujeto al brazo.

Por último, el cinturón está confeccionado con una tela de tapicería roja y se cierra a la espalda con cinta corchetera (pequeña venganza de cualquier mujer que tuvo que aprender a abrocharse el sujetador). Lleva una cadena en bronce y un par de botones del mismo color para darle un poco de vidilla.

Y eso es todo. En fotos no dice mucho, pero en movimiento destila oscuridad por los cuatro costados.






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