En la entrada de hoy os muestro un montón de
pantalones y camisas, todos míos. Los diseños son sencillos, ya que me gusta
vestir con sencillez (aunque sé hacer las cosas más complicadas, no creáis).
A pesar de ello, algunas de las prendas las
hubiera diseñado de otra manera, pero, como ya dije en la primera entrada,
muchas de las cosas que os estoy mostrando me las han exigido de una
determinada manera en clase y no he podido hacer modificaciones sobre ellas, de
ahí el corte un tanto retro que tienen algunas piezas. Tengo otra camisa y otro
pantalón que terminé la semana pasada, pero esos ya irán en otra edición (igual
para el año que viene, que tendré tropecientos más).
¿Qué no es mío? La camiseta blanca, la negra
y la azul, las mallas del primer ejemplo y el pañuelo de las moneditas (que
compré hace la tira de años en el rastro).
Los vestidos y las faldas son más bonitos,
eso sí, pero es una auténtica gozada saber hacerse pantalones a medida. No hay
nada más agradecido, sobre todo cuando todos los pantalones de las tiendas te
están cortos... ¡Se acabó llevar todos los días botas en invierno! ¡Se acabó
tener que llevar siempre los pantalones arremangados en verano! Seguro que hay quien
que esté leyendo esto que sabe de qué le hablo...
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