Este que veis aquí es el tercer corsé que he hecho en el curso de corpiños
que estoy haciendo este año. Las fotos no son muy buenas, así que espero
actualizarlas más adelante para que podáis ver realmente lo chulos que son.
Las telas que he usado son: damasco negro para el exterior y un raso con mucho cuerpo para el forro. Además, he añadido varias piezas de cuero rojo con dibujo
de escamas de serpiente. Lo he adornado con puntilla negra tanto por arriba
como por abajo y con un lazo de terciopelo.
Este concretamente se compone de 38 piezas, entre tela, forro y cuero.
En realidad, aunque el modelo esté formado por ese número, son 2 más, o sea,
40, ya que las 2 piezas de cuero de la espalda están cosidas sobre 2 de tela.
Para la pieza central no ha sido así, y ahora me arrepiento, ya que hubiera
quedado mucho mejor. Es lo que tiene mezclar materiales tan dispares. Si en un
futuro tengo que hacer otro como este con apliques de cuero, tendrá 41 piezas
en total.
El modelo en sí, aparte de lo que me he complicado yo por meter cuero
(mira que me gusta complicarme la vida), es bastante complejo. Es por las copas,
ya que tienen 3 costuras con inclinación, y me costó un montón alinearlas. En
serio, lo tuve que descoser varias veces, porque siempre quedaba una copa más
inclinada que otra, y daba la sensación de “tetas bizcas”. Ahora me río, pero
me jode mucho tener que repetir las cosas. :-)
La verdad es que tiene una forma muy elegante y queda muy bien. Además,
las telas son muy fácilmente encontrables y, aunque no me queda más cuero de
ese, ya que era un retal, siempre se puede encontrar algo parecido, o un cuero metalizado… Así que,
si alguien se anima, estoy a su entera disposición.
Ah, este modelo permite que las copas lleven relleno, para aquellas que
no estamos muy “dotadas”.
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