Año 2013.
Bueno, pues aquí está la foto grupal que
prometí. De los trajes no voy a hablar, ya que cada uno tiene su propia
entrada, pero hay más elementos en la foto, como es el estandarte y el báculo
lleno de pergaminos, que también los hice yo.
El estandarte no tiene gran cosa: es
sencillito y el diseño es en dos colores (tengo en casa como seis metros de
tela amarilla, así que si en el futuro os hartáis de ver estandartes amarillos,
he ahí la razón). Últimamente me gusta hacer añadidos, como los laterales, que
miden más de metro y medio de largo y están rematados al final con una borla
cada uno, aunque en la foto no se ve porque lo tapamos. :-) No es de los más
grandes que he hecho (mi récord está en tres metros y medio de largo), ya que
preferí que fuera más manejable, aunque finalmente lo dejamos atado a un árbol,
así que podía haber sido mayor.
El báculo es una vara de pvc pinada de negro
con unas cuantas alcayatas de las que cuelgan tiras de tela, en cuyo extremo
están atados los clásicos pergaminos hechos con papel y café. Hay más de cien,
y están todos escritos en latín, hebreo, runas y otras lenguas, hay dibujos,
poemas, rituales, patrones y hasta partituras. En principio lo iba a dejar así, pero
me di cuenta de que le faltaba algo en la punta. Por desgracia no tenía tiempo,
y aquí empieza la aventura de última hora.
Porque con un par, el mismo día en que nos
íbamos, me bajé a Pontejos, me pillé una tela, me hice una capa y rematé el
bastón, todo esto antes de la hora de comer. Alguno lo habrá adivinado: lo de
la punta es el turulo que queda cuando gastas un rollo de cinta americana.
Teniendo en cuenta que la aventura empezó a las 11 en que salí de casa y
terminé todo a las 2, y que tardo más de 1 hora en llegar a Pontejos, me siento
orgullosa de poder hacer estas cosas en tiempo récord. La capa no sale en la
foto; es una capa negra simple con capucha y de ésas las hay a cientos. Pero me
salvó la vida, porque hay que ver lo que nos ha llovido...